sábado, 8 de febrero de 2020

FRANCISCO EN RUMANÍA

Viaje pastoral como peregrino y hermano


Del 31 de mayo al 2 junio de 2019 Francisco, como peregrino y hermano –dijo él mismo en la Aud Gral del día 29-, viajaba a Rumanía ubicada en la frontera del mar Negro, en visita pastoral a las ciudades Iaşi y Blaj de Bucarest. Hacía 20 años que estuvo Juan Pablo II en su viaje apostólico muy ecuménico pues, en el umbral del nuevo tercer milenio, buscaba cerrar la brecha de siglos abierta entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa. Entonces utilizó la expresión “jardín de la Madre de Dios” como frecuentemente se denomina a Rumanía. Los fieles católicos y ortodoxos gritaron al unísono ante Juan Pablo II y Teoctist: “¡Unidad, unidad!”.

En Bucarest, la capital, Francisco se reunió con el Patriarca ortodoxo Daniel; Juan Pablo II lo hizo con el Patriarca Teoctist (+2007 con 92 años), Beatitud que años antes le había visitado en Roma y con quien hizo una declaración conjunta reclamando entonces la urgente paz en los Balcanes. El encuentro tuvo lugar en el día en que la liturgia bizantina celebraba la fiesta del santo apóstol y evangelista Juan, el teólogo.

En Blaj fue donde se realizó la primera traducción al rumano de la Biblia, publicada en 1795 con la doble versión en caracteres cirílicos y latinos. Y Iasi fue la primera diócesis latina del país, junto a Bucarest, creadas por León XIII en 1883.

Francisco también visitaba el Santuario mariano de Şumuleu Ciuc, nombre rumano de Csíksomlyó y nombre de un barrio en la ciudad de Mercurea Ciuc en el condado de Harghita. El santuario se convirtió en un lugar emblemático en el siglo XVI después de que los habitantes se negaran a renunciar a su fe católica y resistieran al protestantismo. Por haber ganado una batalla en el día de Pentecostés de 1567, cada año los creyentes acuden en peregrinación, siendo un evento comunitario que demuestra la unidad espiritual de los húngaros que viven dentro y fuera de la región histórica de Transilvania.

El santuario se halla junto al monasterio franciscano de Csíksomlyó que da nombre a la imagen de la Virgen, Nuestra Señora de Csíksomlyó y que John Hunyadi, gobernador de Hungría (1446-1452), poderoso defensor contra la invasión otomana, fundó en 1442 para conmemorar su victoria sobre las tropas turcas en Sibiu. También fue rechazada la incursión de los tártaros en 1694 que habían destruido e incendiado en 1661 el monasterio y la escuela. Finalmente fue demolido en 1802 y reconstruido en estilo barroco entre 1802-24.

En el encuentro con los obispos rumanos, Juan Pablo II inició la homilía enunciando el Te Deum y recordando que puede atribuirse quizá a san Ambrosio aunque parece ser de san Niceto o Nicetas que fue obispo de Remesiana de Dacia desde 366 durante medio siglo y evangelizó la región, viajó dos veces a Roma y la segunda pasó por Nola para venerar el sepulcro de san Félix. San Paulino le compuso un poema.

Además de Nicetas, en el santoral rumano se puede encontrar a Potito de Sárdica de la Dacia, atormentado y decapitado pero no se sabe la fecha. Para otros es mártir en Cerdeña en 166 y dicen que era cristiano desde niño sin que su padre pagano lo supiera.

El Papa Wojtyla hizo también alusión a que “cada Iglesia y comunidad religiosa en vuestro país ha tenido sus mártires, también en el siglo XX. A todos quiero hoy rendir homenaje. Y por ello recordó al cardenal Iuliu Hossu (+1970 con 85 años), obispo de Cluj-Gherla, “símbolo y representante él mismo de la fidelidad de muchos obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles de la Iglesia de rito bizantino”.

También citó al siervo de Dios monseñor Aaron Marton (+1980 con 84 años), obispo de Alba Julia, a monseñor Antonio Durcovici (+1951 con 63 años), heroico obispo de Iasi, que murió en la cárcel, una de las muchas víctimas de un régimen que, hostil a Dios por su ateísmo, pisoteó también al hombre, hecho a imagen de Dios.

En la historia del cristianismo en Rumanía aparecen otros mártires de los primeros siglos como Ireneo, Heraclio, Dacio y Lupo que fue martirizado en Novae (hoy Swischtow) y que en la Mesia inferior había sido esclavo.

Bretanión o Vetranio, obispo de Tomis en Escitia (s IV) se enfrentó al emperador Flavio Julio Valente (+378) que exigía convertirse al arrianismo. Envió a san Basilio el cuerpo del mártir godo san Sabas con un relato del martirio.

Juan Casiano (†433 con 73 años), monje rumano en Jerusalén y eremita hasta que san Juan Crisóstomo le ordenó diácono. En Marsella fundó el famoso monasterio masculino de san Víctor y otro femenino y dejó dos obras escritas para sus monjes: “Instituciones cenobíticas” y “Conferencias de los Padres” que sirvieron luego para los benedictinos y otras Órdenes.

Clemente Mª Hofbauer (†1820 con 69 años), llamado el 2º fundador de los redentoristas, fundó en Rumanía así como en Polonia, Suiza, Alemania, etc. Napoleón lo expulsó de Varsovia, cerrando su casa, y acabó su fecunda vida en Viena pasando muchas horas en el confesonario pues se le prohibió predicar por decreto del emperador.

Reconstrucción del homo de Pestera
En 2002, en la rumana Peștera cu Oase, cerca de Anina, fueron encontrados los más antiguos restos humanos (homo sapiens sapiens) de Europa, una mandíbula datada de aproximadamente 42.000 años y que recibió el apodo de "Juan de Anina" (Ion din Anina) y que podrían representar a los primeros hombres que entraron en el continente.

Rumanía limita con Hungría, Serbia, Ucrania, Moldavia y Bulgaria. En 1881 se decretó el Reino de Rumania por Carlos I al coronarse. En 1877 se había independizado del Imperio otomano. Al final de la 1GM se anexionaron Transilvania, Bucovina y Besarabia y políticamente se hizo proclive a la Alemania nazi implementando de manera notoria el antisemitismo en su territorio.

Con la caída del bloque socialista europea y la llamada “revolución rumana” en 1989, inició la evolución hacia un régimen democrático y una economía de mercado capitalista. Desde 2010 es un país con solvencia económica y alto índice de desarrollo humano.

Antes de la conquista romana, la región estaba poblada por tribus de origen dacio, indoeuropeo, que dieron al país su nombre prerromano, Dacia.

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